Divulgadoras y Naukas. Parte I. Científicas

La semana pasada colgué en facebook una foto de familia de los colaboradores de Naukas tomada en la clausura de las jornadas de divulgación organizadas en Bilbao. Enseguida recibí un comentario que decía literalmente "¡Me ha costado encontrar mujeres! ¿qué significa eso? ¿Techo de cristal? ¿La conciliación es ciencia ficción? Alguna hay, pero el porcentaje..."



Los números en esto no engañan. Había 12 ponencias de chicas en un total de 60, un 20% del total. En Naukas somos un 15% aproximadamente (he contado por alto en la página y me salen un total de 16 mujeres frente a 89 varones). En el Naukas-Kids 2 de 9, valores muy similares.
De todos los ponentes que han participado cuatro no son miembros de Naukas -aún- (lo dicho, a vistazo rápido) y de estos cuatro, tres son mujeres, lo que hace pensar que ha habido cierto esfuerzo por parte de la organización para mejorar las cifras de participación femenina (bien por ellos). En la edición anterior solo había 2 mujeres en el programa y hubo un cierto revuelo en el microcosmos de Twitter a costa de este tema, que fue uno de los motivos por los que Beatriz Sevilla propuso impartir la charla "La amenaza del estereotipo" en la que ciertamente deslumbró y que fue una de las más aclamadas. 



La charla nos da muchos motivos de reflexión.  Primero dice hay pocas científicas (38% del personal investigador) y las que hay divulgan poco. Y luego da información sobre sesgos, profecías autocumplidas y resultados de varios estudios y estadísticas.
Actualización  9/10/14. Se publica una transcripción de la charla en el Cuaderno de Cultura Científica

Vamos a hablar primero de mujeres científicas, y en un post posterior (porque este se me va de las manos) hablaremos de divulgadoras.

Además de los datos que da Beatriz podemos encontrar algunos números en la página web del CSIC, sección Mujeres y Ciencia donde se puede descargar el informe "Científicas en cifras 2013". En este informe no se proporcionan números globales, solo porcentajes, pero puede servir para hacerse una idea de la distribución por géneros del personal investigador en las Universidades y Organismos Públicos de Investigación (OPIs). El CSIC por su parte proporciona datos muy detallados en su Informe Mujeres Investigadoras 2014, con datos de 2013. 

 Lo primero que hay que decir es que en porcentajes el CSIC está algo mejor, al menos en las categorías de personal fijo (científico titular, investigador científico y profesor de investigación en el CSIC y profesor titular y catedrático en las Universidades; la categoría de investigador científico del CSIC no tiene equivalencia en la Universidad). Basta una comparación de las gráficas de tijera para comprobarlo.
Reparto por géneros en el CSIC (personal investigador) 2013

Reparto por géneros de las categorias profesionales en las Universidades Públicas Españolas (2011-2012)
Beatriz dice que en ciencia el 38% son mujeres. Me centro en los números del CSIC que hay que rebuscar menos y están más actualizados. Si contamos el personal científico permanente del CSIC (CT, IC y PC) el 35.12% son mujeres. Los datos por áreas de conocimiento (procedentes del Informe Mujeres Investigadoras 2014) son las siguientes:

La verdad es que es según lo esperado, áreas tradicionalmente masculinas como la física son las que tienen un menor porcentaje de mujeres. A  mí no dejan de sorprenderme los bajos porcentajes de mujeres en Humanidades y Biología, sobre todo comparados con la representación más equilibrada en las áreas de Tecnología de Alimentos, Tecnologías Químicas (el área en el que está incluida el INCAR) y Ciencias Agrarias. En el área de tecnología de alimentos cabe destacar que el porcentaje de profesoras de investigación es del 44.90 %, superior al de investigadoras (42.86%). En todas las demás categorías se observan gráficas tijera como las mostradas anteriormente. En cuanto a la edad media, no he encontrado datos disgregados por categoría, 51.3 años los hombres 49.7 las mujeres. Otro de los datos que me parece interesante es la edad media de ingreso en los últimos años que es ligeramente inferior en el caso de las mujeres:

Dada la escasez de plazas en el periodo 2012-2014 estos números tienen que estar aumentando. Si tomamos el caso del INCAR, que es el que mejor conozco, las últimas plazas conseguidas (2 hombres, 4 mujeres en el periodo 2006-2008) se obtuvieron con una edad media de 33 años. Los 4 candidatos actuales con CV más competitivos (doctores con contrato Ramón y Cajal) tienen una edad media superior a 38. El ejemplo del INCAR no es demasiado malo, porque la distribución de categorías es mejor incluso que la media del área (40% de profesoras de investigación, 53.8% de investigadoras científicas, 54.5% científicas y 75% de doctoras Ramón y Cajal).

Reflexionando sobre estos números y la gráfica tijera llego a la conclusión de que sería interesante ver cómo afecta la edad a esta gráfica. Estamos acostumbrados a verla por categorías, pero esta claro que la etapa en que se producen más abandonos por parte de las mujeres coincide con momentos personales de replanteamiento de la situación personal y familiar. En el sistema actual, en el que la disponibilidad de contratos para doctores es baja y los contratos tienen una duración de 3 años (solo los contratos Ramón y Cajal son de 5 años) tener un hijo antes de conseguir una posición más o menos permanente no es una opción mayoritaria, al menos para las investigadoras. De hecho, si volvemos a poner el INCAR como ejemplo solo el 50% de los CT de reciente incorporación tiene hijos y solo un varón los tenía en el momento de aprobar la oposición. De los doctores con contrato Ramón y Cajal ninguno tiene hijos. ¿Qué parte es opción personal y qué parte es "obligado por las circunstancias"? En números globales y usando el microcosmos INCAR un 79% de los varones y un 53% de las mujeres (referidos a las posiciones permanentes) tienen hijos.

Sin embargo esto no es todo, porque existe aún una menor representación en los órganos de gobierno. En los generales, procuran que haya un cierto equilibrio, pero en el caso de la dirección de centros hay solo un 20% de mujeres. Esta baja representación se observa también en la pertenencia a las cúpulas directivas de otros organismos más o menos importantes, como podrían ser academias científicas, plataformas tecnológicas, comités variados y probablemente también sería el caso de jurados (comprobado, en el jurado del Premio Príncipe de Asturias de la Investigación Científica y Técnica hay 4 mujeres de 19 miembros aunque también están infrarrepresentadas en el resto de categorías).  La pregunta es fácil ¿por qué? la respuesta nos vuelve a sumergir en un mar de dudas. Aquí las investigaciones más sesudas y las personas mejor informadas hablan de la importancia de los contactos sociales, en definitiva de que los hombres hacen "mejores pandillas" aunque sea para hablar de fútbol y que al final cuando necesitan un nombre para algo (léase un tribunal, un candidato para un comité, un colega para ofertar una beca) los primeros que se les vienen a la cabeza son aquellos con "los que toman cañas", de una forma un poco figurada. De hecho, las investigadoras cercanas que ocupan o han ocupado puestos de cierta relevancia siempre dicen lo mismo, que lo difícil es "meter la patita" que una vez que te conocen ya es todo mucho más fácil (ya os contaré en primera persona si algún día se da el caso jaja). Esta es la razón, dicen, de la necesidad de cuotas (cuestión que yo personalmente no tengo muy clara, pero como es mi blog, pongo lo que quiero), visibilizar la existencia de mujeres con capacidad suficiente para llevar a cabo la tarea que sea. Sinceramente no sé si está funcionando, porque lo que estamos logrando es que se produzca una acumulación de tareas en un número discreto de mujeres, un ejemplo (sin números, que me llevaría tiempo buscarlo) en los tribunales de acceso a la carrera investigadora al final casi siempre están las mismas mujeres. Puede que también estén los mismos hombres casi siempre, pero hay más.

Voy a dejarlo aquí por el momento, porque no he avanzado nada y no parece que vaya a hacerlo y además hasta el momento solo hemos hablado de ciencia, no de divulgación, pero si me meto en esta segunda parte ya va a ser un post interminable. 

Continuará...
 

Más información: 
-Sobre el estudio que menciona Beatriz en la presentación (mismo CV -distinto nombre): Sexismo en la ciencia: el caso John-Jennifer que enlaza al artículo original
-Sobre la influencia de la presencia de mujeres en tribunales calificadores en Italia: Las cuotas de género a examen



Comentarios

  1. No hace mucho estuve en una charla de una profesora de antropología del MIT, Susan Silbey, que fue muy interesante. Estaba estudiando la diferencia de género en ingenieria, y tenía algunos artículos ya publicados muy interesantes.

    Este es el que más importante (en mi opinión): Professional Role Confidence and Gendered Persistence in Engineering.

    En él se estudian los índices de abandono de hombres y mujeres en carreras técnicas. Las conclusiones son bastante interesantes, y las propuestas de mejora también. Básicamente defiende que el índice de abandono depende fuertemente de la convicción del estudiante en sus habilidades, y que esta es más baja en mujeres.

    Os dejo el abstract por si os interesa (y entendéis inglés):

    Social psychological research on gendered persistence in science, technology, engineering, and mathematics (STEM) professions is dominated by two explanations: women leave because they perceive their family plans to be at odds with demands of STEM careers, and women leave due to low self-assessment of their skills in STEM’s intellectual tasks, net of their performance. This study uses original panel data to examine behavioral and intentional persistence among students who enter an engineering major in college. Surprisingly, family
    plans do not contribute to women’s attrition during college but are negatively associated with men’s intentions to pursue an engineering career. Additionally, math self-assessment does not predict behavioral or intentional persistence once students enroll in a STEM major. This study introduces professional role confidence —individuals’ confidence in their ability to successfully fulfill the roles, competencies, and identity features of a profession—and argues that women’s lack of this confidence, compared to men, reduces their likelihood of remaining in engineering majors and careers. We find that professional role confidence predicts behavioral and intentional persistence, and that women’s relative lack of this confidence contributes to their attrition.

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  2. Va un poco en el sentido de profecía autocumplida, no? Muchas gracias por el comentario y el enlace.

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