Vivo rodeada de Enriques, de Enriques presentes y de recuerdos de Enriques.
A la memoria de los Enriques que ya no están os dejo con unas palabras que escribió mi abuelo en un libro titulado "Andadura y Acordanzas" que fue una de sus ilusiones durante muchos años. Además este texto permanece en mi memoria vinculado a Teverga, a mi padre y a mis recuerdos de infancia.
Biografía de las tres rosas.
El rosal tenía tres flores. Abiertas, las tres, bajo el
cielo luminoso de una mañana de abril.
Escribo la biografía de las tres rosas.
Vivió una donde había nacido, conociendo, todos los días, el
rocío de cada madrugada y la luz de cada aurora. Dio hermosura al césped y al
aire y perfumó el campo y el viento. Pero, poco después, era solo un puñadito
de pétalos secos: la rosa que había sido y que sobre su tallo había muerto.
Yo puse otra en el cristal de roca de un jarro de la India.
Ella, no sé si contenta o sacrificada, llenó de aroma el salón y regaló mis
ojos con sus matices. Luego fue encogiéndose, para dejarse suavemente ir.
Cuando ya estaba muerta, aún vivía: quedaba el recuerdo de su belleza.
Sé bien quien mató a la tercera rosa. Pero no diré su
nombre, que no puede escribirse aquí. Un desalmado la arrancó de su arbusto, la
pisoteó y la tiró luego al camino; que es decir, al arroyo de la vida y los
viandantes.
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PD. Aunque ahora San Enrique se celebra el 13 de julio hace años se conmemoraba el 15 de julio, de ahí mi recuerdo a mi padre y abuelo en este día.
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