Sin Ciencia No Hay Futuro (LNE)

Publicado en La Nueva España el 17 de junio de 2020 (enlace suscriptor)

Hoy miércoles 17 de junio se celebrará una manifestación virtual espontánea en favor de la ciencia (12h) con el lema #SinCienciaNoHayFuturo, un leitmotiv que venimos utilizando desde 2012 y que sigue siendo necesario reivindicar.

La ciencia es una necesidad para la sociedad. En esta época marcada por la incertidumbre del futuro ha sido la ciencia la que ha salido a dar la cara ante la adversidad, intentando conocer y solucionar el problema al que nos enfrentamos. A pesar de las palabras grandilocuentes y el apoyo “sin fisuras” a “LA CIENCIA” la realidad es muy diferente. El presupuesto español dedicado a I+D+i es uno de los más bajos de la Unión Europea y a pesar de las promesas de mejora nunca parece buen momento para apostar de verdad por la ciencia, independientemente del color del gobierno.

El pasado jueves se publicaba la resolución provisional de proyectos de investigación del Plan Nacional. Proyectos que, en el caso de ser agraciados con financiación se consideran iniciados a fecha 1 de enero de 2020 (recordemos que estamos a junio pero esto es una situación que parece que no se resolverá nunca). Los datos oficiales hablan de 2800 proyectos aprobados con una financiación de 360 millones de euros (para tres años) que indican que la financiación media de cada proyecto son 125000€. Pongamos estos números en contexto, la financiación del plan completo, los 360 millones de euros equivalen al coste de construcción de 15 km de AVE.

Los datos oficiales señalan que se han aprobado más de 2800 proyectos. Lo que no indican es que esos 2800 proyectos son menos de la mitad que se habían presentado y que alrededor de 1400 proyectos han recibido una evaluación positiva (los evaluadores consideran que tienen la calidad suficiente para llevarse a cabo) pero no han contado con la financiación para que se hagan realidad. Además, en muchos casos, los proyectos financiados han sufrido recortes drásticos del presupuesto solicitado, lo que a su vez compromete la investigación que se va a llevar a cabo y principalmente compromete a los actores de la misma, especialmente cuando hablamos de investigadores en etapas de su carrera científica postdoctoral y antes de conseguir una plaza estable, puesto que el sueldo de los propios investigadores muchas veces depende, al menos parcialmente, de los fondos obtenidos en convocatorias como esta. 125000€ parece una cantidad importante de dinero, lo es, pero no cuando tenemos en cuenta que ese es el dinero disponible para mantener en funcionamiento laboratorios e investigaciones en las que participan un gran número de personas, durante un periodo como decíamos de 3 años y que exprimimos al máximo para poder adquirir incluso los ordenadores con los que trabajamos.

En España no hay una financiación basal de la ciencia. Esto quiere decir que los científicos de las instituciones públicas no contamos con un presupuesto básico que nos permita realizar tareas básicas de investigación, como adquirir reactivos para la preparación de nuestros materiales o para analizar el comportamiento de los mismos o pagar por el uso de los equipos generales de nuestras instituciones (sí, sorprendentemente el uso de equipos comunes se repercute a los grupos de investigación). En un momento además en el que se exige a los investigadores que publiquen sus investigaciones en revistas de acceso abierto, muchas de estas revistas exigen pagos para la publicación en abierto que son sufragados en ocasiones por los propios grupos de investigación. Este sistema de falta de financiación basal dificulta la aparición de grupos nuevos de investigación y la incorporación de los jóvenes investigadores al liderazgo de proyectos.

En un momento en que parte de la Ciencia está continuamente ocupando titulares y alimentando esperanzas de una vuelta lo mejor posible hacia la normalidad quiero finalizar recordando las palabras del Premio Nobel de Medicina o Fisiología de 1947, el médico argentino Bernardo Houssay (1887-1971) que dijo “La ciencia, la técnica y la investigación son la base de la salud, bienestar, riqueza, poder e independencia de los pueblos modernos. Hay quienes creen que la investigación científica es un lujo o un entretenimiento interesante pero dispensable. Grave error, es una necesidad urgente, inmediata e ineludible para adelantar. La disyuntiva es clara, o bien se cultiva la ciencia, la técnica y la investigación y el país es próspero, poderoso y adelanta; o bien no se la práctica debidamente y el país se estanca y retrocede, vive en la pobreza y la mediocridad. Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico tecnológico. Y los países pobres lo siguen siendo si no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia.

Les animamos a unirse a nuestras reivindicaciones recordándoles que sin ciencia no hay futuro.






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