PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y ACCESO AL CONOCIMIENTO (Comunicación Institucional Temas 3 y 4)

 


Estos dos temas tratan aspectos que me resultan de gran interés y que encajan perfectamente con algunas de mis preocupaciones.

En los últimos 20 años, que coinciden aproximadamente con el desarrollo de mi carrera profesional la modalidad de acceso al conocimiento ha cambiado por completo, tanto desde un punto de vista personal como profesional. La popularización de internet, junto con el salto desde los ordenadores hasta los dispositivos portátiles y la facilidad para convertirse en generador de contenido sin necesidad de grandes habilidades informáticas ha permitido acceder a la ciencia de forma más ágil y sencilla.

Aunque no es el objetivo de este tema quiero destacar precisamente el cambio que ha supuesto la digitalización a las posibilidades de acceso a la información, que ahora se produce de manera casi inmediata, incluso a la información más antigua. Este cambio de modalidad de acceso a la información mantiene sin embargo algunas reminiscencias del pasado en cuanto al coste que supone para nuestras instituciones acceder a este material, mientras que las editoriales mantienen un negocio jugoso. A este negocio ha contribuido en cierto modo, la exigencia de la publicación en abierto de los resultados científicos de proyectos financiados con fondos públicos en la UE, que pretendía garantizar así el acceso universal al conocimiento científico. Sin embargo, si tenemos en cuenta el lenguaje especializado de los artículos científicos y que parten de un nivel de conocimiento previo que puede ser elevado, no estamos en realidad facilitando un acceso universal al conocimiento, puesto que no estamos proporcionando las herramientas adecuadas para su comprensión, por ese motivo es tan importante el papel de las UCC y de la divulgación de la ciencia, puesto que son capaces de explicar los avances que se producen en el conocimiento de una forma comprensible para personas sin conocimientos específicos en la materia.  

El artículo de J. Lobera me ha parecido muy interesante y es de enorme actualidad, a la vez que atemporal. Por un lado, concuerdo completamente con él sobre la responsabilidad de los referentes en los que confiamos, de hecho, hace unos días publiqué un artículo de opinión en el que alertaba sobre cómo los científicos tenemos que ser responsables, humildes y prudentes a la hora de manifestarnos, y cómo tenemos que dejar muy claro cuando hablamos de aquello en lo que somos expertos y de aquello en que no. Me autocito

 

Sin embargo, tenemos una cierta tendencia a creer a pies juntillas lo que nos dice un deportista al que admiramos o un científico solo por el hecho de serlo. Como ciudadanos informados debemos ir un poco más allá y plantearnos en cada caso el grado de credibilidad que merecen los distintos mensajes que cada uno puede emitir y asumir que no todo lo que dice un científico es ciencia.” Las cualidades del buen científico
Entiendo que es atemporal porque cuando se acabe esta pandemia nos enfrentaremos a otra teoría de la conspiración o a otra pseudociencia y las afirmaciones seguirán siendo válidas. Cuando como científicos apelamos a un argumento de autoridad, o ridiculizamos una posición de un ciudadano que nos pregunta al final de una charla es más fácil que este engreimiento perjudique nuestra imagen/credibilidad (y de nuevo la de la ciencia) en el resto de la audiencia. Tenemos que ser conscientes por otro lado que hay un cierto número de personas a las que no vamos a convencer, hablemos de vacunas, homeopatía, covid, acupuntura, reiki o lo que sea, pero que existe un gran número de personas en la zona gris, personas que en un momento determinado piensan “total, daño no me va a hacer, por probar que no quede” y a los que si les cuentas la teoría que hay detrás, en el caso de la homeopatía por ejemplo hablándole de las diluciones infinitas de muro de Berlín para quitar la ansiedad o fabricando una cerveza homeopática que debería dejarnos inconscientes por un coma etílico entenderán que es un negocio y no un medicamento.

Me ha parecido también muy interesante el punto de vista que menciona Michele Catanzaro sobre los periodistas, y cómo quedan huecos para seguir haciendo periodismo y no solo acudir a las grandes noticias embargadas por las agencias o publicar notas de prensa de forma casi textual. Creo además que en el tiempo que ha pasado desde la publicación de este artículo afortunadamente esta apuesta por el periodismo científico de calidad se ve reforzado por la consolidación de la agencia SINC y Materia así como algunos otros medios, no puedo sino destacar algunos de los grandes reportajes que hace Antonio M. Ron en Vozpópuli.

Y finalmente me ha parecido muy interesante el análisis que hacen López-Pérez y Olvera-Lobo acerca de la forma en que los proyectos ERC españoles implican a la sociedad. En cierto modo me recuerda los apartados de transferencia de los proyectos de investigación, en los que se describen los planes de difusión hacia empresas y la sociedad de las propuestas de proyectos que buscan financiación. Creo que aún muchos de los investigadores rellenan esos apartados con más interés en la parte de empresas que sociedad, probablemente porque desde hace años resulta cada vez más valorado en nuestras carreras profesionales la consecución de fondos asociados con proyectos con empresas o la obtención (y licitación) de patentes. Ahora mismo, en el caso de la transferencia a la sociedad la valoración es mucho menor, y por tanto el esfuerzo que se realiza es menor también, mejor dicho, solo se realiza cuando los investigadores están convencidos por sí mismos de la necesidad de utilizar estas herramientas de transferencia a la sociedad por un lado para cumplir el mandato de acceso universal a la ciencia y por otro para conseguir una sociedad que tome mejores decisiones (a pesar de lo que sugiere Innerarity en su artículo). En este sentido la mayor parte de las intenciones declaradas en los proyectos se llevan a cabo únicamente para cubrir el expediente, y por eso las acciones que estas investigadoras observan son unidireccionales y no buscan en realidad ni engagement ni interacción con la sociedad. Por eso también las acciones que están consiguiendo esa implicación están organizadas a nivel global, por las UCC y los centros de investigación en el marco de iniciativas más grandes, como la Noche de los Investigadores, Pint of Science, la Semana de la Ciencia y la Tecnología o planificando actividades de carácter anual acompañando iniciativas tales como el Año Internacional de la luz, de la química o de la tabla periódica. Por eso también es necesario que en la carrera investigadora se valore de verdad la transferencia a la sociedad como un mérito complementario (igual que se hace con la gestión, por ejemplo), y que en los proyectos se planteen de verdad estrategias de comunicación y de divulgación que permitan cumplir los objetivos de RRI.

 


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