Conociendo (un poco más) a Rosa Porcel

Hoy tenemos una entrevista de lujo, porque la persona con la que vamos a hablar es una de las grandes divulgadoras españolas. Hoy vamos a hablar de ciencia con Rosa Porcel.

Rosa Porcel, es licenciada en Ciencias Biológicas y doctora en Bioquímica y Biología molecular. Toda su carrera científica ha estado relacionada con la investigación sobre plantas, área en la que es una reconocida divulgadora. En la actualidad es investigadora en la UPV donde investiga en temas relacionados con la mejora genética en plantas. Recientemente ha publicado el libro “Eso no estaba en mi libro de Botánica” y es la autora del blog La ciencia de Amara (La Ciencia de Amara), en twitter es @bioamara (con casi 20000 seguidores).




Rosa en primer lugar, muchas gracias por dedicarnos tu tiempo para contestar las preguntas de esta entrevista.

Me gustaría comenzar preguntando por tu trabajo, en el blog nos das unas pinceladas de tu carrera científica, desde tus inicios como investigadora en el CSIC has trabajado con plantas, ¿fue una elección consciente o una casualidad, siempre te habían gustado las plantas? ¿tenías vocación científica desde pequeña? ¿O descubriste que la ciencia era una profesión a la que querías dedicarte más tarde?

RP. Pues no, fíjate, te confieso que yo no era para nada de plantas, pero sí es verdad que cuando era chiquitilla era de ciencias,  eso siempre lo tuve claro, porque con 7-8 años, pues yo veía cuando mi madre compraba pollo, me ponía en la cocina al lado de ella y veía cómo lo limpiaba y le pedía los órganos para diseccionarlos o le decía que me dejara limpiar los boquerones... bueno hasta le llegué a preguntar que qué había que estudiar para ser pescadera. Ahí me surgió yo creo una vocación por la anatomía y la medicina muy potente, y de ahí a ser científica pues solo había un paso, un camino muy cortito. En realidad trabajar con plantas fue algo anecdótico, ocurrió que antes de acabar la carrera, cuando estaba en cuarto de carrera, mi profesor de microbiología me recomendó para un centro del CSIC de ciencia agraria y me presenté allí y durante 4º y 5º estuve asistiendo a diario al departamento de microbiología. Pero qué pasa, que la microbiología me encantaba, era la asignatura que más me gustaba en la carrera pero el centro era de ciencias agrarias, y la microbiología era microbiología de suelos y sistemas simbióticos, entonces ahí fue cuando tuve el primer contacto con microbiología de suelos, con bacterias y hongos del suelo y fue donde hice mi tesis. Y me gustó muchísimo, tienen otras ventajas que no tiene trabajar con animales, porque claro, las plantas no se quejan, no se sufre tanto estresando o matando plantas y lo malo es que había que cuidarlas, ¿no?, entonces había que ir fines de semana, vacaciones, ellas no entendían de eso, no entienden de eso y hay que regarlas continuamente. Pero bueno, eran totalmente desconocidas para mí y encontré un mundo nuevo, que me encantó y que no tenía ni idea de que pudiera ser un tema tan versátil y tan alucinante como es.

 
Gran parte de tu trabajo se centra en el análisis de la respuesta de las plantas a situaciones extremas como la sequía, entiendo que ante las amenazas del cambio climático estas investigaciones son muy importantes a la hora de conocer cómo algunas plantas pueden enfrentarse a fenómenos climáticos extremos, cuéntanos un poco más sobre estas investigaciones, qué tipo de plantas estudiabas, qué resultados interesantes obtuvisteis.

RP. Pues trabajar en un departamento de sistemas simbióticos me permitió conocer la relación que tienen las plantas con otros microorganismos que les benefician a la hora de crecer más saludables, aguantar mejor las condiciones climáticas adversas o soportar un daño debido a un ataque por algún patógeno o herbívoro. Una de esas relaciones simbióticas es la más antigua conocida y tiene 460 millones de años. De hecho, sabemos que fue clave para que las plantas soportaran las duras condiciones fuera del agua y poder colonizar tierra firme. Es la simbiosis micorrícico arbuscular, sobre la que hice mi tesis doctoral. Se establece entre unos hongos microscópicos del suelo que necesitan a la fuerza a las plantas para vivir, y las raíces de las plantas de manera que todas las raíces están conectadas a través de los pelillos que forman los hongos y que se conoce como micelio fúngico. Por esos pelillos, se pasan información de unas a otras y sobre todo, agua y nutrientes. ¿Cómo es posible? Pues porque esos hilillos son muchísimo más finos que las raíces más finas de una planta, así que van atravesando el suelo y llegan a sitios donde las raíces no llegarían, de manera que obtienen agua y nutrientes de zonas inaccesibles para la planta.

Además del intercambio de nutrientes entre la planta y el hongo, el hongo proporciona tolerancia frente a la sequía, suelo salino, (ambos estreses son los más limitantes en la producción agrícola), pero también, tolerancia a temperatura, suelo con abundantes metales pesados y tolerancia a cualquier estrés producido por algo vivo. Todo esto es importante y en cierta forma puede ser responsable de que ambos organismos hayan co-evolucionado a lo largo de millones de años.

Mi trabajo durante la mayor parte de mi vida ha sido averiguar qué mecanismos moleculares, bioquímicos o fisiológicos (es decir, qué genes, cómo funcionan, dónde se expresan, en qué condiciones, qué moléculas de defensa o qué estrategias fisiológicas) son responsables de esa tolerancia a la sequía y la salinidad que les confieren estos hongos a las plantas. Hemos trabajado con arroz, maíz, lechuga, tabaco, tomate y alguna más que seguro me dejo.


Ahora estás investigando en mejoras genéticas de plantas, llevamos miles de años seleccionando las mejores plantas y modificando las especies en función de lo que nos interesa y ahora que sabemos hacerlo mejor, que podemos controlarlo a nivel genético y molecular parece que es cuando hay más reparos en la sociedad. ¿Por qué la modificación genética es tan importante en el estudio de las mejoras de plantas? ¿Por qué hay todavía cierto rechazo a la modificación genética y a los transgénicos? ¿Has detectado alguna evolución positiva o negativa de la posición pública al respecto?

RP. La modificación genética ha sido tan importante que, si no fuera por ella, hoy no tendríamos nada que comer… salvo la caza, peces y algunos frutos silvestres. Todo lo demás, cultivos y ganadería, ha sido domesticado, o sea modificado genéticamente desde hace más de 10.000 años. Por poner algunos ejemplos, semillas más grandes, que las flores pasaran de ser estériles a fértiles, que todas las espigas maduraran a la vez, que los frutos no tuvieran semillas y, sobre todo, pensando en los inicios, que se bloquearan los genes responsables de que un alimento fuera tóxico, como ocurría con el tomate silvestre, que era del tamaño de una baya y tóxico. Se suele desconocer que todo esto se ha hecho a lo largos de cientos y miles de años y que es modificación genética. El consumidor demanda y lo obtiene, pero suele ignorar cómo se consigue. Algunos piensan que el plátano siempre ha sido así cuando en un origen era mucho más pequeño y estaba tan lleno de semillas que no se podía comer, o que una mazorca de maíz siempre fue de ese tamaño cuando la original era una espiga ridícula o que la sandía era difícil de abrir, llena de pepitas, blanquecina y nada dulce, como dejó plasmado el pintor Giovanni Stanchi en un bodegón pintado hace apenas 4 siglos.

Los transgénicos ya es otra cosa. Van más allá de la modificación genética porque en los transgénicos hay un fragmento de ADN de otro organismo, cosa que no tiene por qué ocurrir con la modificación genética. Dicho de otra forma, todo transgénico está modificado genéticamente, pero todo lo que está modificado genéticamente no tiene por qué ser transgénico (puede ser CRISPR o los procesos de selección, mutagénesis, hibridaciones o cruzamientos). Obtener un transgénico o modificar por CRISPR es exactamente igual que lo que hemos venido haciendo durante miles de años pero de una forma dirigida, sabiendo exactamente lo que queremos mejorar, sin dejar nada al azar y de una manera más rápida y segura.

La opinión de la sociedad está cambiando. Hace pocos años, creo recordar que el porcentaje de la gente que estaba más en contra de los transgénicos era mayor que hoy en día. Aún muy lejos de lo deseado, pero parece que la percepción está mejorando. El rechazo que sigue habiendo, aunque ya digo que intuyo que es menor, se debe a un desconocimiento más o menos profundo del tema. Ahí es donde deberíamos entrar los divulgadores y tratar de cambiar eso. Nadie le pone problemas a una insulina que es transgénica pero sí a un alimento que tiene un mayor contenido en ácidos grasos saludables (que existe) solo por el hecho de que se ingiere. Fíjate qué sinsentido, porque nuestro organismo va a hacer lo mismo con independencia del tipo de alimento que sea: romperlo a moléculas básicas.

Y ¿cuál es el futuro de las investigaciones en plantas, cuáles son los retos y hacia dónde camináis?

RP. Hay muchos retos precisamente porque las plantas son un filón para muchísimas aplicaciones, pero caminamos siempre en el sentido de mejorar la vida de las personas. Plantas que sirvan de biofactorías para la producción de compuestos de interés industrial, moléculas de interés terapéutico o directamente que inmunicen mediante su consumo (lo que evitaría toda la logística y conservación en frío de las vacunas en zonas desfavorecidas), desarrollar cultivos más sanos: con mayor contenido de moléculas interesantes para la salud (como antioxidantes protectores frente al cáncer, ácidos grasos más saludables o una composición específica de aminoácidos en alimentos que carecen de alguno esencial) o menor contenido de alérgenos (hay arroz que inmuniza frente a la alergia producida por el polen de cedro, ciprés y el asma bronquial). Otros objetivos pasan por desarrollar cultivos más resistentes dadas las graves consecuencias del cambio climático, a sequía, a enfermedades… Teniendo en cuenta que la producción agrícola va a disminuir y la población mundial, todo lo contrario (seremos casi 10.000 millones de personas en 2050), es un objetivo prioritario. También podremos utilizar plantas como detectores de explosivos o de ambientes contaminados y para eliminar sustancias tóxicas del suelo, lo que se conoce como fitorremediación. Eso se lleva a cabo desde hace mucho tiempo, pero ahora tenemos especies mejoradas que eliminan metales de forma más efectiva. Y todo esto, sin obviar que podamos usar plantas como fuente de energía que alimente la actividad empresarial o humana en el interior de los edificios (edificios verdes). Podría seguir.

La verdad es que lo que cuentas es fascinante, y tenemos todos muchas ganas de oírte de nuevo en una sala de conferencias o encima de un escenario. A ver si empezamos a recuperar las actividades presenciales aunque sean con público reducido. 

Tu carrera investigadora se ha desarrollado entre Granada y Valencia, en el CSIC y la Universidad así que conoces las ventajas e inconvenientes de ambos organismos a la hora de desarrollar una carrera científica como la tuya. Sabemos que la edad de estabilización de los investigadores en España es muy alta, y que existe una competitividad muy alta por las posiciones estables (o de larga duración). ¿Cuál es tu percepción sobre el tema?

RP. Negativa. Sin financiación suficiente (y hace mucho tiempo que ni se le acerca), desandamos un camino precioso que nos ha costado sangre, sudor y lágrimas a muchos científicos. Dedicarse a esta carrera es reconfortante pero muy sacrificado y todo lo que se ha conseguido, se pierde mucho más rápido de lo que hemos tardado en ganarlo; en el momento en el que no se sigue apostando económicamente por un proyecto. ¡Cuántos proyectos con resultados muy prometedores frente al cáncer o a otras enfermedades que estaban en una fase avanzada de la investigación se han tenido que abandonar por falta de financiación! Detrás de ese hecho dramático de perder la posibilidad de obtener una cura para enfermedades graves, hay historias personales de estudiantes de doctorado, técnicos muy cualificados, y postdoc que se habrán quedado sin trabajo, que se habrán tenido que ir de este país… la situación es penosa.

Si ahora mismo me encontrara fuera de España, dudo que hubiera alicientes para volver a este país.

Podemos seguir repitiendo hasta el infinito que necesitamos más fondos para investigación y más plazas pero ¿tenemos alguna forma de que los políticos y la sociedad se den cuenta en realidad de la necesidad de muchos investigadores de tener perspectivas profesionales y personales a medio-largo plazo?

Si con lo que tenemos encima y lo que han sonado en los medios los científicos haciendo turnos ininterrumpidos para lograr una vacuna en tiempo récord no es suficiente para demostrar que este sector es imprescindible, yo ya no sé… Nos acordamos de Santa Bárbara solo cuando truena. 

No puedo más que estar de acuerdo contigo.
Llevas mucho tiempo haciendo divulgación, al menos desde 2011, ¿Cómo empezó tu interés por divulgar? ¿Por qué es imprescindible la divulgación? ¿Cuál es tu principal motivo para divulgar? Y ¿cuál es tu medio preferido?

RP. Jejejeje creo que todos hemos divulgado desde mucho antes de lo que pensamos de una forma inconsciente. Si tenemos amigos ajenos a este mundo o alguien de nuestra familia nos ha preguntado ¿y qué investigas? ¿qué haces exactamente? Hemos divulgado. Les hemos tenido que contar en qué consiste nuestro trabajo a alguien que puede ser abogado, cocinero, ama de casa o electricista. Si lo ha entendido, no lo hemos hecho tan mal.

Siempre he pensado que, investigando con fondos públicos, me siento en la obligación de contar lo que hago a la gente que de alguna forma me está pagando mi sueldo. Ellos no van a entender una revista de mi área, (a veces yo tampoco lo entiendo), así que, si la sociedad no viene a mi campo, salgo yo y les cuento. Empecé con un blog (como casi todos),
La Ciencia de Amara pero ahora lo que más se consume es a través de RRSS, que han tenido un papel relevante (twitter, tik tok, youtube, Instagram…). De todos los que hay, me siento más cómoda en twitter. Creo que youtube requiere muchísimo tiempo para editar vídeos con un mínimo de calidad, tiempo del que no dispongo. A Instagram no le pillo el punto para la divulgación, aunque tal vez es porque llevo muy poco tiempo y aún ¡ni siquiera sé manejarlo! Elijo sin duda twitter, que me permite mensajes cortos, largos en forma de hilo, contenido gráfico y, sobre todo, la inmediatez y la posibilidad de estar en contacto con gente relevante en mi área de investigación o en otras que no tienen nada que ver conmigo. Para divulgar, primero hay que aprender.


No sé si tienes alguna anécdota relacionada con el libro que quieras comentar, o con alguna actividad de divulgación


RP. Te cuento una de las más emotivas que, además, ha sido reciente. Ya sabes, (estuvimos hablando hace poco de eso por twitter), que estoy en un grupo de whatsapp donde hay 69 compañeras de la misma promoción del colegio, al que entramos con 4 años y salimos con 18. Hace unos años nos juntamos unas cuantas después de casi 20 y nos vimos de nuevo... fue como si no hubiera pasado el tiempo. En el 25 aniversario organizaron otra reunión, esta vez todo el día, pero yo no pude asistir porque tenía clase y vivo en otra ciudad. Ya ves, una en Londres, otra en Shangai, otra en Alemania, muchas repartidas por la geografía española… es muy difícil que todas podamos coincidir.

Pues una de esas chicas a la que hace 27 años que no veo, me mandó varios audios para pedirme por favor que le dedicara mi libro, que le hacía muchísima ilusión. Me contó anécdotas y recuerdos de cuando éramos pequeñas que casi no recordaba yo. Fueron mensajes llenos de cariño, pero sobre todo de respeto y admiración. Por supuesto que le dije que sí y a los pocos días recibí mi propio libro junto con el sobre acolchado, los sellos y una maravillosa carta.

Respondí con otra carta, una dedicatoria especial para ella (como todas las dedicatorias que hago) y dos libros para su hija pequeña de parte de Melchor.

Fue una anécdota muy tierna, emotiva y que removió muchos sentimientos y sensaciones de mi niñez. Yo soy de las que piensa en “esos maravillosos años” con nostalgia.

Y para concluir algunas cuestiones rápidas (no de superPOP pero casi)

¿Tu planta favorita? ¿se le puede preguntar a alguien especialista en plantas cuyo nombre es el de una flor esto?

¿No lo adivinas? 😉

Las tres cualidades que tiene que tener un científico

Sacrificio, constancia y humildad y no necesariamente en ese orden.

Un divulgador preferido (a poder ser español y recomendando un libro o una charla)

No me puedo quedar con uno… hay demasiados, demasiado buenos.

Pues muchísimas gracias Rosa por permitirnos hablar contigo y conocer un poco más de tu investigación y tus intereses. Y queda pendiente una invitación a visitar Asturias con alguna actividad de divulgación por el medio.

*Para conocer mejor a Rosa os recomiendo que leáis también la entrevista Rosa Porcel: «La homeopatía es un engaño; agua y azúcar a precio de oro» - Jot Down Cultural Magazine de la que he tomado la foto que encabeza este artículo.

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